Este Santa María da miedo...
Magnífico encuentro el de este domingo en el Antoni Gelabert, muy buen ambiente en las gradas con gran afluencia de publico por parte de las dos aficiones.
Comenzó el Santa María el partido provocando que el C. Palma buscase la iniciativa en el juego, así poder salvar las carencias de nuestro centro del campo que, a pesar de las ayudas de Jaume, no genera fútbol. (El mediocentro siempre da la cara. Nunca se lava las manos. Trabajador, es el eje del equipo). Es a la contra donde podía haber partido. Sin Giorgio, que tantas victorias nos ha dado con sus decisivos goles y que no puede ahora jugar, el Santa María pierde agresividad y capacidad para confundir al rival.
No puedo entender la alegría de mis correligionarios con lo poco que tenemos. No puedo entender ni su paciencia, ni su euforia, ni su conformismo ni su forma de entender las derrotas o los empates. No puedo entender como asumen con tanta dignidad el papel de segundones. Hemos empatado en casa y parece que tenemos que dar gracias a Dios y estar contentos. Que alguien me explique como lo hacen. ¡Necesito la misma droga que ellos usan. Quiero tomar la otra píldora, la que me lleve a Matrix!
El sistema defensivo del Santa María está funcionando y eso es lo que le está dando victorias al equipo. La clave es esa, seguir manteniendo el excelente nivel defensivo en casa: solamente hemos encajado seis goles en contra en la primera vuelta.
Con el resultado adverso (0/1), para el Sta María era importante tener el balón y evitar romperse en dos. El equilibrio en todo el campo y el juego corto es cosa de Llorens y Jaume. El fútbol control, necesario.
Pronto en un contraataque que nacería del caos, una jugada de fortuna desembocaría en el gol del empate ejecutado de forma magistral por Gonzalo. Los mejores minutos de este equipo siempre llegan de la misma forma que no es otra que cuando las tácticas se deshacen, los esquemas se rompen y el partido se transforma en un lío sin reglas. Cuando en los equipos se anulan los efectos de sus entrenadores, los potenciales se igualan y es el momento del Santa María infantil.
Y digo yo, ¿por qué no podemos hacer siempre lo mismo? Si, ya sé que el Ciutat de Palma no estuvo a la altura de las expectativas, tuvimos suerte y bla, bla, bla... pero no me refiero a eso. Me refiero a la actitud, al espíritu, a las ganas. Me refiero al criterio, a la estrategia, al discurso. Teniendo todo esto, ganar o perder pasa a ser anecdótico y la suerte un convidado de piedra a diferencia de antes, donde la suerte era el jugador más importante.
Goles: Gonzalo min 46' (1/1)
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